jueves, 7 de noviembre de 2013

Tratando de vivir en una sociedad agobiante

Aquí estoy, son las 11:45 de la noche agobiada porque no he terminado de hacer el ensayo de Claves de pensamiento actual, pero por fin han comenzado a surgir las ideas.  El agobio es una palabra que no había empleado hasta que llegue a Pamplona, ni tampoco la había escuchado ya que no se la emplea comúnmente en mi país. Pero es una palabra que la escucho a diario ya que una de mis amigas la dice todo el tiempo. Apenas leí el capítulo del libro sobre el agobio pensé en está amiga. Se lo conté a mi amiga y en seguida empezamos a platicar del tema. A decir verdad ella no se había dado cuenta que la empleaba tan a menudo, pero no era porque todo le agobiara sino que era un hábito que había adquirido. Esto es a lo que se ha vuelto esta palabra, un mal hábito.

¿Por qué nos agobiamos o mejor dicho por qué no agobiarse? Hoy en día, la gente se agobia a diario, pero en su totalidad no es tan malo como parece. Si no nos agobiamos no trataríamos de hacer las cosas mejor.  Es normal agobiarse, es parte del ser humano, pero no al límite de agotarnos emocionalmente. Las personas se han vuelto extremistas y se preocupan tanto por cosas que no lo ameritan. Todo aquello que hacen incorrectamente o si toman una mala decisión se lo atribuyen al agobio, siendo una simple excusa para librase de la culpa. Ya no solo se agobian aquellos que tienen muchas responsabilidades o grandes cargas que llevar.  Hasta aquellos que tienen los trabajos más simples, por lo mínimo que les pesa se agobian, magnificando todo.  Se agobian hasta por lo que no tiene sentido, por simplezas de la vida.

Al decir verdad,  me empecé a agobiar desde que entre a la universidad, habiendo a mí alrededor tanta gente agobiada. Pienso que las preocupaciones se van acentuando a medida que envejecemos nos volvemos agobiantes, para un joven es más fácil hasta que pisa la universidad. El agobio es una gran traba en la vida de cualquiera, porque nos impide racionalizar por lo que tendemos a dejar las cosas peor de lo que estaban.  Sin contar que afecta a nuestra  salud. La persona agobiada  tiende a retraerse y centrarse en aquello que le preocupa dejando al resto a un lado.  Existen dos clases de personas agobiadas: Las que se centran en lo que les tienen agobiadas. También están las que huyen del agobio pero sin olvidarse de él y haciéndose más daño con su subconsciente.

Unas de las consecuencias del agobio es la depresión. La persona agobiada se centra en calmar su preocupación, pero está tan agobiada que le impide pensar y relacionar con los demás. Se deprime porque las cosas no le están saliendo como quería.  Suelen decir a su favor que es por la falta de tiempo y porque tienen demasiadas cosas. Para mí no son  más que excusas. En realidad el agobio es causado por aquel que lleva una vida desordenada y que no sabe vivir el presente pensando solo en el mañana. Hay que aprender a poner buena cara al mal tiempo. Estamos aquí para ser felices y hacer felices a  los demás. Si algo no sale como lo que esperábamos y fracasamos, debemos  de seguir adelante insistiendo pero con paciencia y buen humor. Dejando a un lado al agobio es la única forma para que estemos en paz, satisfechos  con nosotros mismos. No hay satisfacción más grande que hacer lo correcto. 

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