A través de la historia se ha querido conceptualizar la juventud y darle un significado concreto yendo en contra de su naturaleza. Ser joven es mucho más que llevar puesto unos jeans agujereados o unos converse, tiene que ver con tener una identidad, con la sociedad y con un futuro prometedor. Cada uno busca un sitio donde se sientan identificados, teniendo el deber de poner su granito de arena en él, para esto es necesario que aprendan a conocerse, saber lo que realmente quieren y sobre todo lo que quieren llegar a ser. Así como querer ser mejores para sí mismos y para la humanidad. Los valores son la prioridad en la formación de todo joven inculcado por los padres de familia y por los profesores, con ello se los puede moldear tanto intelectualmente como espiritualmente.


Existen tres tipos de jóvenes; los soñadores, los reprimidos y los que están perdidos Los soñadores son aquellos que viven como en un mundo paralelo, se dejan llevar por sus emociones, son apasionados. En general son aquellos que tienen dones artísticos, no les importa lo que los demás piensen, prefiriendo seguir a sus ideales y viviendo a mil por hora. Sueñan con la libertad de expresión y suelen convertirse en grandes héroes, revolucionarios o líderes del mañana. Los reprimidos aquellos que no son aceptados, son marginados socialmente, suelen ser tímidos y no manifiestan sus emociones. Ellos viven en una burbuja sin anhelo a nuevas experiencias, en el fondo tienen sueños pero no son lo suficientemente valientes para expresarlos, están tan acostumbrados a la rutina que le temen a lo diferente, al desorden y a la diversión. Los que están perdidos son aquellos que han dejado atrás sus sueños y prefieren vivir cada minuto en la perversión, son dependientes, viciosos, siguen a la multitud y han perdido su identidad, dejando de ser auténtico, son superficiales y rechazan cruelmente a lo que según ellos carece de belleza, solo les importa lo material y estar a la moda, resultando ser superfluos. Por lo tanto deben de buscar el equilibrio, cada joven tiene el poder de elegir su destino, solo hace falta que encuentre el guía adecuado. Todo puede cambiar, los reprimidos pueden llegar a manifestarse, los soñadores pueden transformar sus sueños en realidad y los perdidos pueden encontrar el camino correcto hacia la verdad.
“Un joven sin alegría y sin esperanza no es un joven auténtico, sino un hombre envejecido antes de tiempo.” Palabras sabias de Juan Pablo II, nunca se va a ser más hermoso y puro que cuando se es joven. Tienen el mundo a sus pies pueden llegar a ser lo que quieran solo hace falta que se lo propongan, son como una llama ardiente que con el tiempo se va apagando. Deben aprender de sus errores y levantarse por sí mismos de cada atropello que les da la vida, para llegar a ser una mejor persona. Se es joven para tomar decisiones que les marcaran su futuro, sobre todo para disfrutar ya que luego viene otra etapa; la de ser adulto que conlleva a grandes responsabilidades, se asume nuevos roles y se deja a un lado sus prioridades por el bienestar de su familia.
Algún día seremos un viejo pino, lo único que quedará de nuestra juventud serán aquellas memorias de esas risas imparables, de esos veranos en la playa y de muchas locuras que es mejor callar.
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